miércoles, 21 de mayo de 2008

Seguimiento caso COITIÑO: Horror y conmoción en la sociedad tacuaremboense

Miércoles, 21 de mayo, 2008 - AÑO 9 - Nro.2915
Coitiño. Usaron desodorante como lanzallamas para quemar sus genitales

El homicidio abruma a los habitantes de esta ciudad.

La insanía con que dieron muerte a Coitiño, los hoy siete reclusos procesados, causa horror, profunda indignación y el más fuerte rechazo de esta sociedad, cuando se van conociendo detalles del brutal acto con el cual tersminaron con la vida del Coitiño.
El relato que ofrecieron los homicidas al juez letrado Gabriel Ohanian Hagopian, sobrepasa lo inimaginable, y quizás sólo se pueda asimilar a la muerte que encontró "El caramelero" a manos del Sapo y el Cosita en el penal de Libertad, cuando aquel fuera descuartizado.
Juan Alberto Coitiño, fue literalmente "masacrado" antes de morir. Fue sometido a una brutal golpiza y tortura, donde se usaron palos, cintos, lo quemaron con agua caliente, lo embadurnaron con manteca y lo hicieron caminar con el calzoncillos entre sus nalgas.
Acto seguido, y con un buzo, lo ataron a la parrilla de la cama y lo acercaron a la reja "como crucificado" y con la luz del pabellón encendida, corrieron las cortinas, para exhibirlo.
Luego lo quemaron, poniéndole polifón con fuego en los genitales, se lo incineraron "con un desodorante usado como lanzallamas, tirándole agua caliente en esa zona del cuerpo, mientras lo rociaban con orín"
La autopsia reveló que Coitiño murió por "asfixia, a lo que se agregan varias lesiones tal, que por sí solas pueden llevar a la muerte".
Los gritos desgarradores del occiso, gritando a viva voz, a los guardias que lo sacaran de la celda, porque lo iban a matar, obtuvieron como respuesta, odios sordos del llavero y del encargado de turno, que actuaron con una pasividad "absoluta en desconocimiento de su deber de garantizar la integridad física de la vida humana" dijo el juez Ohanían Hagopián, y nada hicieron por evitar la muerte de Coitiño.
El auto de procesamiento, (del que se publica por separado) revela que el ambiente de la cárcel de Tacuarembó, después del ingreso de Coitiño, su compañera M.M.C.S de 51 años y de C.O.S de 69 años, señalado como quien abusaba sexualmente de la hija de Coitiño y de su compañera, se tornó muy pesado. No habían pasado 24 horas de reclusión cuando los tres fueron sometido a castigos, golpes, maltratos diversos, los que a la postre terminaron con la muerte de Coitiño y provocaron serias lesiones a los otros dos internados.

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